007. Claves para vivir la excelencia en el trabajo.

Para compartir contigo este tema tan importante, permíteme contarte algo de mi historia personal. Unos hechos que me marcaron para siempre y me asentaron en la dirección de la excelencia.

Empecemos.

Hubo un período de mi vida laboral en el que me sentía disgustada. Me parecía que las cosas no se hacían del todo bien, como si las personas no tuvieran la vocación de esmerarse, de lograr algo lo más cercano al término «impecable». Y todo esto tenía consecuencias previsibles en los resultados finales que todos esperábamos, claro.

Pasó el tiempo y las vueltas de la vida me llevaron a un nuevo trabajo: ejecutiva comercial en la escuela de negocios decana de la Argentina: el IAE Business School (www.iae.edu.ar).

Allí me volví a encontrar con un viejo amor: la formación de ejecutivos, cuyo primer contacto lo tuve cuando me desempeñé en el Departamento de Educación Contínua de PWC de Argentina (www.pwc.com.ar). ¡Qué satisfacción ser el nexo entre la formación de calidad del IAE y los ejecutivos sedientos de nuevas ideas, diferentes perspectivas y enfoques novedosos para aplicar en sus organizaciones! Fueron años felices donde dar lo mejor de sí era la norma y en la que personalmente me sentí absoluta y totalmente cómoda.

«Te dejaste de pelear» me dijo en una amiga. «¿De qué hablas?» le pregunté con curiosidad. «Desde que estás en el IAE ya no te amargas por las cosas mal hechas» me respondió. Pues, señores, así era, ¡todo había cambiado!

¿Qué encontré en el IAE? ¡Pasión por la excelencia! Pero … ¿qué significa exactamente? La RAE define el término como «superior calidad». ¿Y cómo se aplicaba? Cuidando el fondo y la forma. Es decir, cada actor cuidaba mucho lo que le tocaba hacer, los profesores con sus clases, los administrativos con sus papeleos, los ejecutivos comerciales con su marketing, los directores con su gente a cargo. Cada instancia era hecha con esmero y no recuerdo a ningún jefe recordando que había que hacer bien las cosas. Simplemente se hacían. Era parte de una mística que se respiraba.

Confieso que allí algo adentro mío se acomodó para siempre: confirmé mi vocación de dar lo mejor, apostar por la excelencia.

IAE Business School – Argentina

Hecha esta introducción, te invito a reflexionar con la esperanza de que a partir de ahora te sientas más motivado a contagiar este modo de vivir el trabajo.

Howard Gardner, autor de «Mentes Creativas» (1995), «Mentes Líderes» (1998) e «Inteligencias Múltiples» (1998), entre otros, sostiene que la ética es un componente sin el cual la excelencia no se da: “Las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes”.

¿Cómo te suena esto? Si hago un repaso rápido de mi vida laboral, confirmo 100% esta idea. Los profesionales excelentes que conocí tuvieron una impronta ética notable. Gran coherencia entre lo que decían y lo que hacían.

¡Y no solo la coherencia! Los expertos en management aseguran que un profesional orientado a la excelencia tiene una serie de rasgos distintos:

  • Están fuertemente orientados al cliente.  Piensan en cómo su trabajo puede beneficiar y ayudar a sus clientes (tanto internos como externos), lo que genera una buena imagen de la empresa hacia afuera.
  • Buscan soluciones y son eficientes al hacerlo. No se detienen en buscar culpables sino que se abocan a resolver los problemas. Aplican su creatividad y convierten la dificultad en un recurso para dar un paso hacia un nivel mayor de eficiencia y compromiso.
  • Son asertivos. Saben comunicarse con sus colegas, decir lo que tienen que decir con firmeza y sin agradir ni generar malestar. Sostienen una buena argumentación y tienen valores y por lo tanto son creíbles.
  •  Transmiten confianza. Su idoneidad técnica y su ética han hecho que la gente confíe en ellos. Recordemos que la confianza no se impone sino que se gana.
  • Están siempre dispuestos a colaborar. Son generosos para colaborar con otros equipos de trabajo y a implicarse en situaciones que precisan de su saber y experiencia.
  • Tienen apertura a escuchar nuevas ideas, intentar otra vez las cosas. No están cerrados en sus ideas sino abiertos a otros enfoques que podrían ser tan buenos como los suyos.
  • Tienen capacidad de integrarse en el equipo e integrar a otros. Buscan desempeñar su labor de la mejor manera dentro del grupo/organización al que pertenecen y su actitud ayuda a que otros puedan hacer lo mismo.
  • Muestran ilusión por el trabajo que desempeñan. A menudo «contagian» en su entorno esta actitud positiva.
  • Nunca terminan de aprender. Entienden que no pueden conformarse con los conocimientos que manejan actualmente porque el entorno laboral está en constante evolución. Se preocupan por aprender más a través de la experiencia o de programas de formación.
  • Están muy comprometidos con el conocimiento de sí mismos. Son muy conscientes de sus fortalezas y sus debilidades o áreas de mejora y trabajan en sí mismos para superarse.
  • Son automotivados. No necesitan que un jefe les de órdenes sino que por ellos mismos y su deseo de hacer las cosas bien, se comprometen 100% con la responsabilidad asignada.
  • Son disciplinados. Porque quieren lograr cosas han aprendido a organizarse de la mejor manera para que el tiempo les rinda y poder obtener frutos de calidad.

¿Qué se opone a la excelencia?

La mediocridad, el trabajar «a reglamento», las conversaciones tóxicas (críticas), el dar lo mínimo indispensable, la resistencia al cambio, el oponerse a todo.

¿Excelencia es ser perfecto?

Absolutamente no. La perfección no existe. El error es parte del hacer y siempre una invitación a la superación. ¡A no confundirse!

¡Persigue la excelencia y ésta te alcanzará!

Y ahora, con esta información en mano, es momento de hacer una autoevaluación, ver cómo lo estás haciendo. ¿Qué mejorarías? ¿Qué parte de tu día a día profesional necesita una revitalización? Hay aspectos que sólo tú conoces y nadie mejor que tú para comenzar hoy mismo a afirmar tu decisión de conquistar la excelencia.

Por último, te comparto algo que escribí días atrás en Linkedin:

😏 Si tu jefe se hace el distraido, se excelente.
😏 Si tus colegas son tóxicos, se excelente.
😏 Si tu salario hoy no se corresponde con tu nivel, se excelente.

¿Por qué?

😊 Porque trabajas para tí.
😊 Porque eres tu propio capital y has de mantenerte en valor.
😊 Porque nunca sabes quién te está mirando y valorando.
😊 Porque la mediocridad NO es una opción.

Ser y trabajar mejor cada día es un camino de ida.
¡Se excelente!

2 comentarios en “007. Claves para vivir la excelencia en el trabajo.”

  1. Es un artículo magnífico Rosario me ha encantado cada uno de los rasgos que caracterizan la EXCELENCIA …para mi también es una palabra mágica

    Este es uno de esos post que te apetece leer con frecuencia, pues contiene mucha sabiduría.

    Gracias por tus post.

    Un abrazo

  2. Muchas gracias, Ana. Creo que todos tenemos la capacidad innata para vivir la excelencia y que nuestra vida laboral tenga sentido.
    También saber que si en algún momento decaemos, siempre, siempre, se puede retomar el rumbo hacia la mejora.
    ¡Un abrazo!

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