002. ¡Instala un hábito positivo en tu día a día!

¡Hola!

¿Te has detenido a reflexionar sobre lo importante que son los hábitos?

Lo primero que me viene a la mente al comenzar a escribir este post es ese libro que todo profesional debería leer en algún momento de su vida: Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen Covey (1997). Créeme que muchos de los conceptos que hoy se utilizan en temas de gerenciamiento y desarrollo profesional tienen su origen en este fabuloso libro. Si tienes oportunidad, léelo.

Los hábitos son determinantes, suena fuerte pero es real. Depende de los hábitos que tengas, serán los resultados que obtengas. Fisiológicamente –lo veremos enseguida- tienen una función muy importante.

Antes de entrar en tema, reflexiono que seguramente habrás oído decir que se necesitan 21 días para asentar un nuevo hábito en tu vida ¿verdad? Pues hoy te propongo otro enfoque, que a mí me ha servido muchísimo, consta de 5 pasos y se apoya en el funcionamiento de nuestro cerebro.

¡Vamos al tema!

Empecemos por algunos hábitos –a modo de ejemplo- poco favorecedores. Si no está el que quieres cambiar, agrégalo a la lista.

  • Procrastinar, es decir, aplazar una obligación o tarea
  • Mal uso de Internet
  • Queja permanente
  • Perder el tiempo
  • Impuntualidad
  • No comunicar bien
  • No mejorar tu desempeño, sabiendo que debes hacerlo
  • Hacerte eco de chismes insustanciales
  • Ese hábito que te molesta y quieres cambiar 

Ahorro energético…

Nuestro sistema vital está diseñado para hacer más con menos. Es decir, a nuestra naturaleza no le gusta desperdiciar energía. Por esta razón, a fuerza de repetir conductas, estas se convierten en hábitos, que terminan siendo mecanismos automatizados que repetimos una y otra vez. 

El hecho de que nuestra mente automatice una conducta es una conquista de la evolución cuyo objetivo es “ahorrar” la energía que consumiríamos en un nuevo aprendizaje. Nuestra fisiología tiende a obtener el máximo beneficio con el mínimo coste. Conducta automatizada = ahorro de energía. 

Un circuito neuronal

Ese hábito que tú repites y repites, aunque sea nocivo, te está brindando un beneficio. Si tienes el hábito de fumar, aunque el cigarrillo está científicamente comprobado que es dañino para la salud, a ti te está brindando un momento de relax, una forma de canalizar la ansiedad, los nervios o simplemente entretenimiento.

Si tienes por costumbre hacerte eco de los chismes de la oficina, tal vez el beneficio de pertenecer al grupo sea más importante para ti que el retirarte cuando empieza este tipo de conversaciones tóxicas.

Si te has acostumbrado a procrastinar (demorar las responsabilidades o tareas) es muy probable que esa dilación te genere un cierto beneficio, como no enfrentarte a una tarea tediosa o como quien demora hacer algo que no le apetece.

¿Procrastinar? ¿Impuntualidad? ¿Queja permanente?

Otro ejemplo es el de las personas que se han aficionado a la queja permanente. Me refiero a quejarse “por deporte” sin intención de proponer alguna vía, idea, camino, búsqueda de algún tipo de solución. En este caso, el beneficio estará dado por encontrar en otras personas un cierto apoyo y sostén, una solidaridad momentánea por compartir un punto de vista similar. Claro que con el tiempo esta forma de relacionarse cae por sí sola  pues la gente se cansa de quien se queja en forma reiterada.

Con estos ejemplos queda claro que todo hábito, por negativo o nocivo que sea, siempre está ligado a la percepción personal, aunque no siempre  sea del todo consciente, de un beneficio.

Es importante aclarar que cuando hablamos de beneficio, lo hacemos en forma tácita de motivación. La motivación o el “para qué” es el gran disparador de todo cuanto hacemos.  “Hago esto para obtener aquello…”

Y con esto llegamos al centro de la cuestión: el hábito está fuertemente conectado con el circuito recompensa-placer. Esta es la noción que a partir de este momento podrás utilizar para instalar en forma consciente un hábito edificante en tu vida.

¡Manos a la obra!

Paso 1:

Elige el hábito sobre el que trabajar

Paso 2:

Representa gráficamente el hábito a trabajar.

3er. Paso

Haz un listado de los beneficios y  los no-beneficios del hábito y contrasta, reflexiona en profundidad. 

4to. Paso

Enuncia el nuevo hábito y grafícalo.

5to. Paso

Has llegado al núcleo de la cuestión: encontrar la motivación o energía necesaria para implementar el cambio de hábitos.

La pregunta “para qué” es la protagonista principal de este paso.

Tomaremos como ejemplo el hábito de la puntualidad:

Tu hoja de trabajo

Expláyate, escribe, bucea en tu interior, hasta encontrar una respuesta congruente contigo mismo que te de la motivación que buscas.

Reiterándote la pregunta  “¿para qué?”  hasta llegar a esa respuesta que sientas que es la verdadera motivación por la cual este hábito será muy beneficioso para ti.

Si has trabajado conscientemente  los 5 pasos anteriores,  tendrás ahora la fuerza, motivación y energía  suficiente para optimizar tu vida profesional  a través hábitos positivos.

Trabaja sobre algún hábito y cuéntame tu expeirencia.

Estaré encantada de leerte.

3 comentarios en “002. ¡Instala un hábito positivo en tu día a día!”

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